Orlando Sierra


Hernández

1959-2002

Desangre del tiempo.

El filo de la aurora
corta la noche en las venas.

Saltan de ellas
pájaros, coches, amantes que despiertan,
el azul del cielo
y el verde de los prados.

La noche se desangra
todo el día,
sin remedio.

Sólo la luna
es torniquete en sus brazos.
Sólo la luna.

 

Poética

La página en blanco
es la tierra
donde  germina el poema.

Pon semillas de palabras
y húndelas con tus dedos
hondo en el papel,
échale luego un poco
de abono de los sueños.

Inhumano es que germine el poema.
Frágil es su retoño si  logra
romper el cascaron
del blanco suelo.

Crecerá lento al principio,
apenas un breve tallo
y unas mustias hojas
asidas al surco de la página.

Paciencia hay que tener
y cuidados
- fumigarlo de adjetivos
podarlo de excesivos ramajes –
luego será esperar.

Llegada la florescencia y el aroma,
su fruto,
el esperado,
uno tan sólo,
llegará al corazón de los lectores
como uno de los panes
que multiplicó Jesús
para alimentar la multitud.

 

El exilio del lecho

Eres viejo
y sabes
que la noche sólo
recibe jóvenes en su reino.

Desterrado de ella,
- su dictadura es inclemente-
es tu destino ahora el exilio del lecho tempranero,
alguna amena lectura,
la tele
y el vaso de leche tibia
para atraer el sueño.

La noche,
vieja pollera.